viernes, 17 de mayo de 2013

Odisea de tí.

Las perlas reflejan los reflejos espejos de la mañana.

Espejos y cristales empapados de sudor, donde escurren gotas en lentes empañadas.


La espuma de la bruma reflejan tu cara, mientras la brisa te nombra en una llamada.


Mis supiros encadenados sueñan con soñarte, pero las cadenas que los atan están hechas de tus labios.


Casi puedo alcanzar en las nubes tus mejillas.


Y en la hoguera echo los pedazos del eco retratado que sonó un día dentro de mí.


Pero sigo esperando aún el eco de tu respuesta sorda.


Y mientras pintan claros sus tapices, heridas negras sobre mis cicatrices.


Mas más tu tú que mi mí del de él.


¡Y que los sueños en nubes estén!


En espirales gira mi locura sin saber si elegir Norte o Sur hundiéndose en la montaña que lleva al 


cielo, al universo, al infinito y al finito finalmente.

¡Que pare el tiempo, que lluevan puñales. Que no haya luz y así podremos amarnos!


Y mientras las llamas nos consumen entre tostados besos, suave caricia del viento reaviva la llama, y 


la excita y la ondula, retorciéndose libre.

jueves, 16 de mayo de 2013

Amor ciego.

No sé tu nombre, seguro que por eso te envidia el silencio.

No conodco el tacto de tu piel, y por eso las flores se marchitan.

Aún no he olido tu perfume mujer, y por eso me muero.

Pude haber podido, pero me quedé tan sólo en el intento, y no lo hice.

Quise haberte amado, pero lo que hice fue perderte.

Hoy en el cielo veo las estrellas revueltas y no estás tu para poner orden en ellas.

No veo existencia en el futuro y todo acaba en un agujero inmerso de oscuras intenciones.

Ahora tengo el lamento de no haberte hablado, ahora tengo el lamento de la angustia del pasado.

Tu fija mirada, tus labios carmesí, tu pelo de seda de carbón...

Media palabra y un gran suspiro.

Me llenas con nada más que sueños vividos.

Ángel de la guarda.

No entiendo por qué los ángeles lloran,

¿es que no ven que tienen alas?

Vé y vuela, vuela libre qe tú puedes.

Que la sonrisa de t boca, y la mirada de tus ojos

atraviesa el alma de calquier mortal.

Que con tus palabras encantas a la más feroz bestia,

y con tus escritos rompes el corazón al mismísimo Cassanova.

Vé y vuela, busca tú lugar. Vé, y no llores más.

Compadécete de aquellos que dicen que no eres nada y ríete,

pues la ignorancia es el chiste de los necios.

Y no sufras vayas donde vayas angel mío, por el amor.

No te tortures por no encontrar otro corazón.

Si donde estás no le encuentras,

coge tus alas y vuela de nuevo a un lugar mejor.

Esperanzas.

Siento que puedo darte algo que los demás no te pueden dar,

espero no equivocarme, no te quiero fallar.

Recuerdo al abrir los ojos el escuchar de mi corazón,

el canto de un ángel o un demonio, que sé yo.

Vas y vienes en mi memoria.

Memoria equilibrada en la balanza de la locura que camina en la cuerda floja.

Espero no caerme, y de ser así en tu cobijo.

Llegar la noche y que seas mía, y yo seré tuyo.

Pase el tiempo convirtiéndonos en murmollos.

Sorprenderte cada día.

Sueño con soñarte y encontrarte entre mis sueños.

Poder acariciarte con la yema de mis dedos.

Que la brisa diga hola y el mar se calle en silencio.

Subirme a una farola y observar el mundo perfecto.

Y quiero enredarme entre tus labios reposado como siempre.

Viajar en una nube, contigo eternamente.

Quiero poder liberar este fuego que llevo dentro.

Sorprenderte cada día y dejarte sin aliento.


Quiero enredarme entre tus labios reposado como siempre.

Viajar en una nube, contigo eternamente.

Quiero saltar lo más alto y reírme de los pájaros.

Que yo no vuelo y contigo he alcanzado el cielo.

Recuerdo las mañanas que miraba tu rostro.


Parecía angelical...



Quiero enredarme entre tus labios reposado como siempre.

Viajar en una nube, contigo eternamente.

Quiero poder liberar este fuego que llevo dentro.

Sorprenderte cada día y dejarte sin aliento.

Y quiero enredarme entre tus labios reposado como siempre.

Viajar en una nube, contigo eternamente.

Quiero saltar lo más alto y reírme de los pájaros.

Que yo no vuelo y contigo he alcanzado el cielo.

Deseos de desamor.

Quiero oír tu voz, mientras estás mecida en mi pecho.

Poder contar las estrellas del cielo tumbado a tu lado.

Quiero viajar por el mundo contigo, para comprobar que eres lo más hermoso de este planeta.

Quiero caminar con los pies desnudos a la orilla de la playa, junto a tí,

viendo como la brisa acaricia tu piel y mueve tu pelo.

Quiero acariciarte desnuda dulcemente,

enredada entre sábanas y encadenada entre suspiros.

Quiero probar el sabor de tus labios y la textura de tu lengua.

Quiero sentir que nos fundimos, y que la Luna, el Sol y las estrellas nos observan envidiosas.

Poder estar abrazándote en la cama, mientras hago a un lado tu flequillo.

Quiero, quiero y quiero... quiero tantas cosas, que todas son contigo.

Tantos sueños, que se me olvida que existe el mundo, y....

que solo somos amigos.

Amiga.

Todo me consuela, cuando veo que estás a mi lado.

Cuando ríes y enseñas tu inocente sonrisa,


con tu viveza de Melissa


y veo que me estás apoyando.


Todo cambia, cuando escupes calma.


En forma de niño lo dices,


de tal forma, lo que es,


que me llega al alma.


Todo espera tu gran llegada.


Tardes lo que tardes,


espero siempre me aguardes.


Si no eres mi amiga, ya no quiero nada.


Pero nada, inestimablemente nada puede cambiar haberte conocido.


Como si quitas la sal a los mares,


pues si te quitan nada vale.


Que sepas, que aun que no esté, siempre seré tu amigo.

Remordimientos. (Actualizado)

Y sentir de nuevo ese el odio

que tuve dentro de mí.

Por no tener tu cuerpo,

por no tener consciencia de un sí.

Tener tantas ganas de llorar,

y tantas de destruir al mismo tiempo.

Tantas ilusiones perdidas que...

hasta son profanas en cualquier templo.

No poder saber que pasa ni que piensas.

Pensar que te agrado o tal vez te asusto.

Estar encadenado al no saber que hacer.

Y qué cierto es que cuanto más perfecta
 
 es una cosa para bien igual lo es para mal.

Y no sé si hablar por romper la belleza del silencio,

o callar con miedo a tener que haber dicho algo.


Huir como siempre,

o enfrentarme de una vez,

sólo sé que no se nada,

pero que de tí tengo sed.